Es difícil contar la vida...

Es difícil contar la vida, no hay como empezar, pero una huella en el alma es un buen punto de partida, una voz que ya no escuchas una voz que ya se fue.

Lamento no haberla contactado antes, fui su gran amigo y olvide cuanto era ella para mí, pero bueno todo salió de la nada; éramos muy bohemios a pesar de mi universidad y de su bachillerato; nos divertíamos pensando que todos eran tontos y nosotros no, “el nuevo es muy intelectual” le dije.



Recuerdo que conseguí la llave de la tienda de mi padre, y ahí, fue su primera vez. A pesar de lo linda que era, rarísimo, yo nunca pensé en sexo o en placer cuando lo hicimos. Luego nos encontramos con amigas suyas en la calle, andamos en grupos relajadísimos alucinados por lo que había pasado. A pesar de todo yo nunca le dije para estar, pensé q todo empezó así, y así debía terminar, no? le explique q se destruiría todo si lo hacíamos, ella no entendió, o quizá yo no entendí, decidió abandonarme, dejarme, portarse muy mal, horrible yo casi me muero.

Pero bueno las historias de amor son así: con dolor y con desorden, lo acepte, no? la tranquilidad y la estabilidad son el final feliz de cualquier película, de cualquier libro, bueno yo estaba a la mitad del cuento desubicado y con demasiados desordenes decidí cambiar y formalizar mi vida por primera vez decir a alguien no sé, o sea... oye, ¿quieres estar conmigo...?

Tenía ella una gran amiga que alguna vez nos hecho de su casa por cosas q no puedo contar; me acorde quien era, recuerdo que estaba guapa, en el fondo me gusto esa reacción, decidí buscarla y conquistarla, así de simple, iba a ser difícil pero finalmente lo conseguí.

Fue un accidente, yo jamás pensé en quebrarle el corazón a la chica de la que hable al principio; ella se fue, de vez en cuando enviaba chocolates a mi hermana y regalos, cartas a nosotros inclusive, preguntando por mí, pero yo siempre quede en silencio.

Con mi nueva chica tuve una larga felicidad de tres años fue lindo visite Europa, me iba bien en la universidad, me iba bien con la música, era espectacular todo; me sentía encaminado. Sin embargo mi viejo falleció, mamá perdió la casa y el desorden y confusión regreso. Me enamore de nuevo y bueno, se acabó de nuevo todo.

Con esto descubrí que la vida es como un caballo, un caballo salvaje que uno debe aprender a montar, llega un momento en que ya, ya no te bota más.

Ahora estoy tranquilo y feliz, y cogí el teléfono hace poco, quería saber qué fue de la chica de la que hable al principio de este relato, y ubique al padre, trabajaba en un banco en Paris. Le dije "señor que tal soy pedro... ¿se acuerda de mí? ¿Qué fue de su hija?" él me dijo “¿cómo, no sabes?” ella murió.


Fue un paro cardiaco en Barcelona; quede consternado una vez más, completamente arrancado de mi presente, nunca me despedí de ella, nunca supe cómo le fue después. Ahora tengo clara la noción del amor y del dolor, aunque fue en un lejano pasado.

Esta lección ya no es para mí. Digan adiós si hay que hacerlo... cierren su historia de amor... terminen su libro.

Pedro Suarez Vertiz | ''Talk Show''

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Esa voz, la que te dice que no lo hagas